viernes, 6 de septiembre de 2024

El MEDIO MÁS EFICAZ PARA ALCANZAR LAS GRACIAS DE DIOS

 

Las promesas de Jesucristo en el evangelio nos consuelan profundamente, asegurándonos que cualquier cosa que pidamos al padre en su nombre nos será concedida, no solo nos permite pedir, sino que nos insta y ordena a hacerlo como lo dijo a sus Apóstoles


(Juan 17 24) 


“hace 3 años que estoy con vosotros y no me pedís nada, pídeme para que vuestra alegría sea completa”


Esto muestra que la oración es la fuente de todos los bienes y felicidad en la tierra, si somos pobres en dones y gracias es porque no oramos o lo hacemos mal, muchos no saben cómo orar, mientras que otros sienten aversión hacia la oración que es dulce y consoladora para los buenos cristianos incluso algunos que oran, no obtienen nada porque lo hacen incorrectamente sin preparación ni claridad en sus peticiones todos los males que nos afectan provienen de no orar o hacerlo mal.


- que sin la oración es imposible salvarnos

- Como la oración lo puede todo delante de Dios

- qué cualidades ha de reunir la oración para ser agradable a dios y meritoria para el que la hace.


La oración es esencial para la perseverancia y la salvación de los justos comparable a la lluvia para los campos.

Sin oración nuestras buenas obras no alcanzan su plenitud 

La oración abre los ojos del alma revelando nuestra miseria y necesidad de Dios.


Ejemplos como los de Magdalena, San Pedro y San Luis muestran que la oración mantiene el deseo de agradar a Dios.


Magdalena después de su conversión se dedicó fervientemente a la oración, su transformación es un ejemplo poderoso de cómo la oración puede cambiar vidas fortaleciendo la devoción y el amor hacia Dios, la oración la ayudó a mantenerse firme en su fe y a buscar siempre la presencia de Dios.


San Pedro a pesar de sus momentos de debilidad como cuando negó a Jesús, perseveró gracias a la oración, su vida muestra que a través de la oración incluso quienes han caído pueden encontrar el camino de regreso a Dios fortaleciendo su espíritu y renovando su compromiso con la fe.


San Luis, rey de Francia, es un ejemplo notable de un líder que integró la oración en su vida diaria, incluso en medio de sus responsabilidades como rey durante sus viajes prefería pasar las noches en oración en una iglesia, en lugar de descansar en su lecho, esto demuestra cómo la oración puede ser una fuente de fortaleza y guía ayudando a mantener la gracia y la perseverancia en medio de las demandas de Liderazgo; descuidar la oración nos aleja de las cosas del cielo mientras que retomarla renueva nuestro deseo de lo divino, la oración es crucial para mantenernos en gracia y perseverar en el camino hacia el cielo.


La oración es fundamental para la conversión de los pecadores, Santa Mónica por ejemplo alcanzó la conversión de su hijo San Agustín a través de su ferviente oración y súplicas constantes, San Agustín también se entregó a la oración y al llanto para transformar su corazón y acercarse a Dios aunque seamos pecadores si recurrimos a la oración correctamente podemos estar seguros de que Dios nos perdonará, el demonio intenta apartarnos de la oración porque sabe cuán poderosa es contra el infierno y que Dios no puede negar lo que le pedimos en oración, muchos pecadores podrían dejar el pecado si se dedicaran a la oración los condenados se perdieron porque no oraron o porque 

oraron mal.


Sin oración nos arriesgamos a la condena eterna mientras que con una oración bien hecha tenemos la seguridad de la salvación, los santos estaban tan

convencidos de la eficacia de la oración que dedicaban a ella incluso noches

enteras, la repugnancia que algunos sienten hacia la oración se debe a que

no la practican correctamente y por lo tanto no experimentan las delicias que

los santos encontraban en ella; la oración bien hecha es como un bálsamo

para el alma dándonos un anticipo de la felicidad celestial.


San Francisco de Asís por ejemplo frecuentemente caía en Éxtasis durante la oración sintiendo un fuego divino tan intenso que una vez exclamó Dios mío no puedo más pensaréis que solo aquellos que saben orar bien y con hermosas palabras logran comunicarse con Dios, sin embargo, Dios no Mira las oraciones largas y bellas sino las que salen del corazón con reverencia y deseo de agradarle.


Un ejemplo hermoso es el de San Buenaventura; un religioso sencillo le preguntó.


¿si con su poca instrucción podía orar y amar a Dios?


San Buenaventura le respondió que precisamente los simples y humildes son los que más agradan a Dios este religioso emocionado proclamó la buena noticia de que incluso los ignorantes pueden amar a Dios tanto como los sabios.


La oración es una elevación del corazón a Dios una dulce conversación de un hijo con su padre de un súbdito con su rey de un amigo con su amigo, la oración nos une a Dios, la más alta y perfecta divinidad, dándonos todas las bendiciones divinas, es esencial para agradar a Dios y salvarnos y sin ella no podemos  hallar felicidad ni en la tierra ni en el cielo, Jesucristo nos anima a orar frecuentemente prometiéndole ofrecerle todas nuestras obras del día preparándonos para la oración antes de comenzar cualquier trabajo el demonio intenta apartarnos de la oración porque sabe que si obtiene el primer momento del día tiene más posibilidades de alejarnos de Dios el resto del tiempo algunos cristianos dicen que no tienen tiempo para orar, lo cual es una gran ceguera.


Trabajar para agradar a Dios y salvar el alma es más importante que cualquier otra tarea mundana, si enfermamos o muriéramos no podríamos realizar nuestro trabajo, pero siempre deberíamos tener tiempo para orar y agradecer a Dios. 


Nuestro principal deber es agradar a Dios y salvar nuestra alma todo lo demás es secundario y puede ser hecho por otros, si perdemos nuestra alma nadie más podrá salvarla la oración nos conecta con Dios nos da las gracias necesarias para evitar el pecado y nos asegura un camino de salvación, pero me diréis


¿Cuáles son las ventajas que con la oración obtenemos para que hayamos de orar con tanta frecuencia?


  1. la oración hace que hallemos menos pesada nuestra Cruz endulza nuestras penas y nos vuelve menos apegados a la vida

  2. Atrae sobre nosotros la mirada misericordiosa de Dios 

  3. fortalece nuestra alma contra el pecado 

  4. nos hace desear la penitencia y nos inclina a practicarla

con gusto.

  1. nos hace comprender y sentir Hasta qué punto el pecado ultraja a Dios nuestro señor.

  2. Mejor dicho mediante la oración agradamos a Dios enriquecemos nuestras almas y nos aseguramos la vida eterna decidme necesitamos aún más para decidirnos a que nuestra vida sea una continua oración mediante nuestra unión con Dios.


Cuando se ama a alguien hay necesidad de verle para pensar en él, no ciertamente por lo mismo, si amamos a Dios, la oración nos será tan familiar como la respiración, sin embargo debo advertir que para orar de manera que dicha práctica pueda lograrse los favores que os acabo de enumerar no basta dedicar a ella un breve instante, ni hacerla con precipitación Dios quiere Que empleemos en la oración el tiempo conveniente,  que haya espacio suficiente para pedirle las gracias que nos son necesarias, agradecerle sus favores y llorar nuestras culpas pasadas pidiéndole perdón de las mismas pero me diréis.


¿Cómo podremos orar continuamente? 


nada más fácil ocupándonos de nuestro señor de tiempo en tiempo mientras trabajamos, Ora haciendo un acto de amor para testimoniarle que le amamos porque es bueno y digno de ser amado, Ora un acto de humildad reconociéndonos indignos de las gracias con que no cesa de enriquecernos, Ora un acto de confianza pensando que aunque miserables sabemos que Dios nos ama y quiere hacernos felices o también podremos pensar en la pasión y muerte de Jesucristo, le contemplaremos en el huerto de Los Olivos aceptando la pesada Cruz, nos representaremos su coronación de espinas, su crucifixión Y si queréis recordaremos su encarnación, su nacimiento su ida a Egipto podemos pensar también en la muerte, en el juicio, en el infierno o en el cielo rezaremos algunas preces en honor del santo ángel de la guarda y no dejaremos nunca de bendecir la mesa ni de dar gracias después de la comida de rezar el ángelus y el Ave María cuando dan las horas todo lo cual nos va recordando nuestro último fin nos hace presente que en breve ya no estaremos en la tierra y así nos iremos desligando de ella, procuraremos no vivir en pecado por temor de que la muerte nos sorprenda en tan miserable estado.


Ya veis cuán fácil es orar constantemente practicando lo que hemos dicho Esta es la manera como oraban siempre los santos.


El segundo motivo para recurrir a la oración es que todas las ventajas caen en nosotros, Dios sabe que nuestra felicidad solo se alcanza a través de la oración y es un gran honor que él siendo tan poderoso se digne a conversar con nosotros y consolarnos en nuestras penas renunciar a la oración sería renunciar a nuestra salvación y felicidad ya que sin ella somos desgraciados mientras que con la oración obtenemos todo lo necesario para esta vida y la eternidad, la oración es prometida por Jesucristo y es eficaz y se hace bien, pedid y recibiréis Buscad y encontraréis llamad y se os abrirá, Jesucristo asegura que cualquier cosa pedida al padre en su nombre será concedida; no debemos desconfiar por nuestra indignidad, ya que Dios nos ama y perdona nuestros pecados sin importar cuán graves o numerosos sean, algunos ejemplos bíblicos ilustran El poder de la oración Adam fue perdonado y se le prometió un Redentor, los ninivitas evitaron la destrucción mediante la oración, Moisés orando salvó a los israelitas y a 30,000 culpables, Judit liberó a su patria orando antes de enfrentar a Holofernes, El Rey Ezequías obtuvo 15 años más de vida al orar, el publicano, la pecadora a los pies de Jesús, y el buen ladrón en la cruz, todos recibieron el perdón a través de la oración, estos ejemplos muestran que la oración es esencial para obtener el perdón y las gracias de Dios, el motivo por el cual seguimos siendo pecadores a pesar de tantas oraciones es que no oramos como deberíamos, oramos sin preparación sin verdadero deseo de convertirnos y muchas veces sin saber que pedir a Dios, sin duda todos los pecadores que pidieron, su conversión obtuvieron. y todos los justos que suplicaron a Dios la perseverancia perseveraron, algunos pueden argumentar que las tentaciones son demasiado fuertes sin embargo la oración proporciona las fuerzas necesarias para resistirlas, Santiago nos asegura que mediante la oración podemos dominar al mundo al demonio y a nuestras pasiones, las penas y las Las tentaciones por más intensas que sean pueden ser soportadas y vencidas con la oración adecuada.


Desafortunadamente muchos pecadores no oran o lo hacen mal tienen la convicción de que la oración es esencial para evitar el mal y hacer el bien así como para salir del pecado pero su gran ceguera los lleva a descuidar la oración. 


Muchos ni siquiera oran y los que lo hacen a menudo lo hacen de manera inapropiada rezan mientras se visten caminan, gritan o están distraídos no se preparan para orar y frecuentemente terminan su oración sin saber lo que han dicho o sin recordar que estaban en la presencia de Dios, en la iglesia su actitud es lamentable no son conscientes de la santidad de lugar ni de la presencia divina miran a su alrededor hablan con los vecinos bostezan duermen y se impacientan, si las funciones les parecen de demasiado largas su devoción es mínima tomando el agua bendita y haciendo la señal de la cruz de manera mecánica están ansiosos por salir comportándose como Si estuvieran en una cárcel y finalmente fueran liberados la miseria del pecador es grande y no debería sorprendernos que continúen en sus pecados y persistan en su estado miserable para que la oración sea agradable a Dios y provechosa es necesario estar en estado de gracia o al menos tener una firme resolución de salir del pecado la oración de un pecador que no quiere abandonar el pecado es un insulto a Dios por lo tanto para que la oración sea efectiva y nos ayude a mejorar debemos orar con preparación, devoción y un verdadero deseo de cambiar, solo así podemos esperar que nuestras oraciones sean escuchadas y nos ayuden a avanzar en Nuestro camino espiritual, la oración es la elevación de nuestro corazón a Dios y una conversación entre la criatura y su Creador, no es orar debidamente pensar en cosas ajenas, durante la oración, si notamos que nos distraemos debemos volver a la presencia de Dios, humillarnos ante su divina majestad y perseverar en la oración, incluso si no experimentamos justo al hacerlo; cuanta más dificultad sintamos más meritoria será nuestra oración a los ojos de Dios un santo preguntó a otro por qué al orar sus pensamientos se llenaban de distracciones que no tendrían de otro modo, el otro respondió que el demonio al prever las gracias obtenidas por la oración se desespera de ganar a alguien que ore debidamente y se enfurece más, cuanto mayor es el fervor de la oración.


El demonio se le apareció a otro santo y le confesó que no soportaba que un cristiano obtuviera el perdón tras pecar y que mientras hubiera un cristiano en la tierra él lo tentara explicó que distrae a los cristianos haciendo que bostecen duerman o divaguen en sus pensamientos.


Un superior de un monasterio observó que un religioso parecía hablar con alguien antes de comenzar sus oraciones, Al preguntarle el religioso explicó que tenía la costumbre de reunir sus pensamientos y deseos diciendo Venid todos y adoremos a Jesucristo nuestro Dios. 


Casiano describió la oración de los primeros cristianos con gran respeto y

recogimiento tanto que parecían muertos en la iglesia sin sillas ni bancos prosternados como criminales esperando sentencia este profundo respeto y

silencio hicieron que el cielo se poblara rápidamente y la vida en la tierra fuera deliciosa, felices los que vivieron en Aquellos tiempos dichosos. 


tercero nuestras oraciones deben hacerse con confianza y una esperanza firme de que Dios puede y quiere concedernos lo que le pedimos siempre que lo supliques debidamente Jesucristo añade esta condición si lo pedís con fe cada vez que alguien le pedía algo él respondía hágase Según tu fe, nuestra confianza se basa en la omnipotencia infinita de Dios en su misericordia sin límites y en los méritos infinitos de Jesucristo al orar en nombre de Jesucristo es él quien Ora por nosotros a su padre el evangelio ofrece El ejemplo de la mujer que sufría de flujo de sangre y que con fe tocó el manto de Jesucristo y fue sanada, Jesús le dijo anda tu fe te ha salvado, a esta fe y confianza está todo prometido.


Cuarto, al orar debemos tener una intención pura pidiendo solo lo que contribuye a la gloria de Dios y a nuestra salvación. San Agustín dice que podemos pedir cosas temporales, pero siempre con la intención de usarlas para la gloria de Dios y la salvación de nuestras almas, si nuestras peticiones nacen del orgullo o la ambición y Dios nos niega lo que pedimos es porque no quiere perdernos, a menudo pedimos una cosa y deseamos otra.


Al rezar el padre nuestro pedimos: Padre nuestro que estás en los cielos es decir Dios mío desligadnos de este mundo concedednos la gracia de despreciar las cosas temporales y de enfocarnos en el cielo. Si Dios nos concediera esta gracia muchos de nosotros estaríamos disgustados; debemos orar con frecuencia especialmente en momentos de prueba y tentación un ejemplo de esto se encuentra en la historia de los 40 Mártires bajo el emperador Licinio, estos soldados se negaron a ofrecer sacrificios al demonio y fueron condenados a morir en un lago helado, oraron fervientemente para recibir fortaleza y perseverancia, uno de ellos desfalleciendo, otro soldado tomó su lugar y Recibió la corona del martirio, incluso en su martirio no cesaron de orar; San Agustín tras su conversión se retiró a un desierto para orar por la perseverancia, San Vicente Ferrer conocido por convertir a muchos decía que la oración es el medio más poderoso para atraer los auxilios del cielo y convertir a los pecadores comparándola con un dardo que atraviesa el corazón del pecador, la oración es fundamental para la vida espiritual, pues nos ayuda a conocer nuestros deberes nos muestra la miseria de nuestra alma tras el pecado y nos prepara para recibir los sacramentos, Además nos ayuda a comprender la poca importancia de los bienes materiales y nos inculca el temor saludable de la muerte, el juicio, el infierno y la pérdida del cielo, si oráramos siempre bien, pronto nos convertiríamos en santos penitentes.


San Hugo obispo de Grenoble encontraba alivio en rezar el padre nuestro a pesar de que se le advirtiera que podría empeorar su enfermedad la perseverancia es una condición esencial para que nuestras oraciones sean agradables a Dios, a menudo Dios no concede inmediatamente lo que pedimos para que lo deseemos con más ardor y apreciemos mejor su  valor ejemplos de esta perseverancia San Agustín que oró durante 5 años por su conversión y Santa María egipcíaca que pasó 19 años pidiendo a Dios que la librase de recaer en sus pecados, los santos perseveraron constantemente en sus peticiones y siempre obtuvieron lo que pedían incluso cuando parecía que Dios no escuchaba no abandonaron la oración un ejemplo de perseverancia en la oración es la mujer Cananea que imploró la de su hija a Jesucristo, otro ejemplo es San Macario del desierto quien mediante la oración logró demostrar la verdad de la fe cristiana al resucitar a un muerto, la eficacia de la oración depende de que se haga con fe pureza de corazón confianza y perseverancia Dios, nunca ha negado ni negará sus gracias a quienes le piden debidamente, la oración es el recurso principal para salir del pecado perseverar en la gracia acercarnos al corazón de Dios y atraer Bendiciones del cielo tanto para el alma como para nuestras necesidades temporales si continuamos en pecado nos inquieta por las penas y no nos convertimos es porque no oramos correctamente, sin oración no podemos frecuentar dignamente los sacramentos, conocer el estado al que Dios nos llama, librarnos del infierno, ni participar de Las Delicias de amar a Dios, las Cruces que nos sobrevengan carecerán de mérito sin la oración, debemos orar con humildad y confianza, considerando a quién hablamos y lo que queremos pedir a Dios, para

obtener todo lo que deseamos conforme al Espíritu de Dios.

 

Juan María Vianey cura de Ars


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