Elevamos nuestra mente a ti y te saludamos amado Jesús nuestro señor y redentor, en este momento de alabanza y clamor a nuestro Dios, por eso te rogamos humildemente amadísima madre santísima que te dignes filtrar nuestra suplica para que pueda llegar a tu hijo y al padre según tu omnipotencia suplicante.
Hoy queremos alabarte y bendecirte, padre celestial, porque estas formando la divinidad de tu hijo Jesucristo en nosotros, transformándonos en unos nuevos Cristos, y entregándonos para nuestra salvación y para honra del padre, los méritos conquistados por su hijo Jesús, en su pasión, muerte en cruz y resurrección.
Nosotros queremos alcanzar los frutos del Espíritu Santo y para lograrlo te pedimos si es tu divino querer, Señor que nos concedas los dones del Espíritu Santo; purifícanos y divinizados señor, para vivir para ti, en ti y por ti.
Ya no somos nosotros quienes viven, eres tu padre quien vive nosotros, tu acción amado Jesús es tan grande y completa que imprimes tu presencia en nuestras vidas para que se manifieste la eficacia de tus más grandes dones en nosotros, también te pedimos humildemente padre que nos concedas los dones de profecía, milagros, y sanación.
Te ofrecemos señor Jesús todos nuestros pasos y todos nuestros actos para ser conversión, consagración y testimonio mediante coherencia de nuestra vida, piedad, perseverancia en la oración, para dar cumplimiento a la obra que la Santísima Trinidad quiere realizar a través de estos obedientes obreros e instrumentos tuyos.
Enséñanos María Santísima, a amar a tu hijo como él merece ser amado: en fidelidad, e integridad, concédenos la salud necesaria para ser unos buenos obreros.
0 comments: